José Jaime Martínez Vallarta: Doctor en Psicología.

El día 02 de febrero del año en curso, el presidente de la Sociedad Hipnológica Científica, el psicólogo clínico Isidro Pérez Hidalgo, nos hacía el favor de comunicarnos a través de un mensaje en WhatsApp que le iban a realizar una entrevista a la 1:30 de la mañana -con café en mano- dispuesto a trasnochar, y obviamente haciendo partícipes a todos los miembros de la sociedad científica que nos encontrábamos en las redes sociales y los medios de difusión. La entrevista se realizaría en la radiodifusora Onda Cero, en el programa «La rosa de los vientos», dirigido desde el año 2007 por Bruno Cardeñosa, director de la revista “Historia de Iberia Vieja”.

El tema fue de mucho interés tanto para el público en general como para los estudiosos de la hipnosis clínica.

Durante la entrevista se le hicieron varias preguntas a Isidro Pérez, y, de todas ellas, varios de los miembros de la Sociedad Hipnológica Científica consideramos que una muy interesante fue sobre la implantación de los falsos recuerdos, y la necesidad de tener mucho cuidado con las sugestiones en el proceso hipnótico si surgiera la posibilidad de abordar el tema de las vidas anteriores o regresiones a vidas pasadas, aunque esto no quiere decir que los profesionales de la salud que han estudiado hipnosis clínica profundicen durante el trance hipnótico sobre vidas pasadas y regresiones, ni mucho menos.

El entrevistador se escucha muy sorprendido cuando comenta que sabe de personas que han sufrido experiencias que se han incrustado en sus mentes, y que dichas personas se encuentran tan traumatizadas que llegan a fabular de una manera inconsciente que esa situación ocurrió en una vida pasada. Isidro Pérez aclaró que la persona que tiene falsos recuerdos, en muchas ocasiones, lo que hace es mezclar una serie de elementos en su mente, que llega a estructurar como si fueran recuerdos, y que en realidad son vivencias inexistentes que la misma persona ha construido.

La hipnosis es una técnica con muchas bondades y un gran abanico de posibilidades para tratar situaciones que generan un gran malestar en quien las llega a padecer; situaciones que en algunas ocasiones generan una patología mental con gran daño a nivel emocional.

Me gustaría que tuvieras el tiempo para escuchar la entrevista, la cual seguramente será de interés para ti también, que amablemente nos haces el favor de leer.

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En Estados Unidos, a principios de la década de 1990, se le dio seguimiento a casos judiciales donde hijos adolescentes o adultos demandaron a sus padres, a quienes acusaron de Abuso Sexual Infantil (ASI), que supuestamente habían recordado durante el curso de una psicoterapia (Gross, 1998).

En dichas acusaciones se presupone que estos recuerdos que fueron recuperados habían sido reprimidos desde la fecha en que fueron víctimas del presunto abuso, y que la seguridad y el apoyo proporcionado por el terapeuta permitió hacer consciente el recuerdo del suceso muchos años después.

No obstante, los padres rechazaron las acusaciones, y las propias víctimas de las supuestas agresiones sexuales se retractaron de las acusaciones vertidas hacia sus padres. Estas mismas procedieron a entablar las demandas pertinentes contra los terapeutas e instituciones hospitalarias.

Según una encuesta realizada entre 810 psicólogos con licencia, cerca del 90% considera que los recuerdos recuperados son por lo general “esencialmente correctos”. Cerca del 66% cree que los recuerdos falsos son posibles y más del 14% ha llegado a considerar que alguno de sus propios pacientes ha experimentado recuerdos falsos (BPS, 1995).

Vallejo-Nájera (2007) menciona que el recuerdo es la reproducción de algo vivido o aprendido anteriormente, pero también nos hace mención de la revocación, siendo esta lo que es el recuerdo.  En muchas ocasiones, el acordarse de un hecho que se sabe que no va a volver a suceder, se convierte en un hecho muy doloroso.

Un testimonio es un relato y una declaración de memoria que una persona realiza sobre unos hechos previamente presenciados o vividos plenamente, para demostrar y confirmar su validez. Pero ¿hasta qué punto es real la realidad?

No queda muy claro si es algo que nos pertenece o es algo que se ha alejado en el tiempo. Influyen muchas cosas, tanto las vivencias que nos llenan de experiencias, como la imaginación de lo que fue o pudo haber sido cuando hacemos la evocación de un hecho que se presentó en nuestra existencia.

Abordando el tema de los falsos recuerdos, un caso muy comentado fue el que ocurrió en el condado de Napa, en el estado de California, en Estados Unidos. Una joven de 19 años llamada Holly, de apellido Ramona, demandó a su padre Gary por la cantidad de medio millón de dólares, por un supuesto hecho en el que el padre la habría atacado sexualmente, acto que en el ámbito penal se llama «abuso sexual infantil».

Holly llegó a declarar que este delito se cometió cuando ella tenía entre cinco y ocho años. La acusación llegó a presentarse cuando ella había acudido a una psicoterapeuta con los problemas psicológicos de “depresión y bulimia”. La profesional le dijo a Holly que en la gran mayoría de las personas que padecían bulimia, esta estaba relacionada con experiencias de abuso sexual durante la infancia, y, bajo todos estos comentarios emitidos por la “profesional”, esta logró convencerla de someterse a sesiones de hipnosis. En las sesiones que ella realizó, habría logrado recuperar supuestos recuerdos reprimidos por más de diez años.

Como en todo proceso de carácter legal, tuvieron que pasar cuatro años entre alegatos judiciales, evidencias, careos y todo lo que implica, para que se dicte una sentencia. Gary perdió a su familia y su empleo, pero logró aportar evidencias que convencieron a los jueces, y fueron de vital importancia para el tribunal, de que la terapeuta había sugestionado a Holly, implantando recuerdos completamente falsos en su memoria. Por este motivo, la corte impuso una multa de 475 000 dólares como compensación moral o reparación de daños, por mal procedimiento profesional.

Un tiempo después de haber circulado este caso en los medios de información más importantes de Estados Unidos de Norteamérica, surgieron otros casos similares. Muchas personas que fueron acusadas por la vía penal llegaron a ser exoneradas de los múltiples cargos que les fueron atribuidos, y en algunos de ellos se desistieron de las demandas basadas en las recuperaciones de esos recuerdos que estaban supuestamente reprimidos por muchos años. Bien podemos imaginar el revuelo que ocasionaron estos casos legales en todo Norte América; estos asuntos quedaron bajo la lupa de todo aquel que tuviera el deseo de investigar más sobre estos hechos. Esta situación llegó a tener tanto interés, debido a que las opiniones se encontraban divididas en cuanto a las creencias sobre la existencia de los eventos mencionados por las víctimas, que en al año de 1992 se llegó a fundar la “False Memory Syndrome Foundation”, la fundación del síndrome de la memoria falsa. Esta fundación tenía como propósito ayudar a todo aquel que hubiera sido acusado de una manera injusta.

Utilizando técnicas diversas, para así poder ejercer debidamente el proceso de terapia psicológica, los profesionales dedicados a esta noble profesión nos hemos preguntado cómo hacer que afloren todos los recuerdos traumáticos que se han llegado a vivir desde la infancia, de los cuales no somos conscientes. ¿Qué tanta veracidad y confiabilidad tienen esos recuerdos? ¿Podríamos llegar a implantar una memoria falsa en la mente de una persona?

Es muy difícil llegar a definir el aprendizaje y la memoria de manera independiente uno de otra, ya que ambos representan dos lados de la misma moneda: a) el aprendizaje depende de la memoria para su “permanencia” y, de manera inversa, b) la memoria no tendría “contenido” si no tuviera lugar el aprendizaje.

 “El término aprendizaje se refiere al proceso por el cual las experiencias modifican el sistema nervioso y por lo tanto la conducta”. Las experiencias no se «almacenan», más bien modifican la forma de percibir, realizar, pensar, planear, y lo hacen al provocar cambios físicos en la estructura del sistema nervioso. Alterando los circuitos neurales, participan en la percepción, el desempeño, el pensamiento y la planeación (Carlson, 1996).

La memoria es el proceso que reorganiza parte de la información que se adquiere a través de los sentidos. El recordar eventos pasados que hemos vivido a lo largo de nuestra historia no es como ponerse a escuchar una grabación, ya que tiene más que ver con un proceso de reconstrucción de los hechos que se vivieron, en función de detalles que de alguna manera nuestro cerebro eligió almacenar y puede recordar, ya que muchas de las cosas que nos suceden son interpretaciones basadas en las creencias que nosotros hemos elaborado a lo largo de nuestra existencia, y al mismo tiempo en hechos que nos han sido muy significativos. En ocasiones hacemos asociaciones con colores, sabores, formas, por mencionar algunas de las cosas que pueden quedar unidas al recuerdo que vivimos en el pasado. Para que el cerebro llegue a procesar la información, primero la almacena. Luego, debemos tener en cuenta que existen múltiples tipos de memoria:

  • Memoria episódica (Hechos personales)
  • Memoria a corto plazo (Función o de trabajo)
  • Memoria semántica (Hechos)
  • Memoria procedimental (Destrezas)
  • Memoria a largo plazo
  • Memoria no declarativa (implícita)
  • Memoria declarativa (explícita)

En este proceso de adquisición de información, codificación y almacenamiento, se han propuesto varias fases:

  • La adquisición, la cual corresponde en un momento dado a las nuevas conexiones que se forman.
  • La consolidación, vendría a ser la fuerza que toman las conexiones y su estabilidad.
  • La Evocación, es la recuperación de toda la información de lo que en este caso llamamos el “almacén” mnésico.

La memoria falsa la podemos definir como una serie de recuerdos o eventos que no ocurrieron, o que han sido distorsionados, si es que estos en realidad llegaron a suceder.

Percibimos el mundo y su información a través de los sentidos. Construimos una realidad gracias a la capacidad mental que tenemos, a la habilidad de imaginar y utilizar la fantasía a placer, a discreción.

La capacidad de retención y memoria humana es susceptible a la transformación de la información que se almacena; un ejemplo muy bueno podría ser que, aunque tengamos la habilidad para recordar muy bien el argumento general de un libro que nos haya llamado mucho la atención y ha sido de gran placer al leerlo, lo más probable es que estemos tergiversando algunos o muchos detalles, y muchos otros los hayamos olvidado completamente. Durante la lectura hemos hecho uso de nuestra imaginación, y también han estado en función tanto nuestras creencias racionales como las irracionales. Seguramente el autor del libro llegó a citar muchos hechos, y algunos de ellos fueron de gran significancia para mi persona, y otros diferentes lo fueron para ti. Mucho de ello tiene que ver con la forma de leer las cosas, y solo recordaremos lo más significativo.

La memoria humana tiene como característica que almacena pequeños elementos significativos de los recuerdos; en otras palabras, son «ideas generales» del argumento de una historia, y el resto de esta es reconstruido y se infiere. En todo este proceso que la mente realiza al reconstruir los hechos de la historia, se pueden elaborar falsos recuerdos o memorias falsas.

La psicóloga forense y matemática norteamericana Elizabeth Loftus trabaja realizando sus investigaciones en el ámbito de la memoria humana y cómo esta puede ser modificada. También es profesora de la Universidad de California, en la ciudad de Irvine, en el Departamento de Psicología y Comportamiento Social y Criminología, Derecho y Sociedad. La profesora Loftus ha publicado más de 20 libros y alrededor de 500 artículos científicos sobre el tema de lo que ella denomina «falsa memoria».

El FMS (False Memory Syndrome) es un concepto que ha sido creado por la Doctora Elizabeth Loftus, en la cual describe una condición que aborda la identidad y relaciones de una persona, y cómo estas son afectadas por recuerdos que son factualmente incorrectos, pero la persona cree verdaderos. Lo factual desempeña una función como criterio de investigación, y solo es científico aquello que predice hechos que eran desconocidos.

Es importante aclarar que el síndrome del falso recuerdo carece de aceptación científica; por lo tanto, no tiene validez dentro de la comunidad científica internacional y ni el DSM-V ni la CIE lo reconocen. Este síndrome ha sido utilizado en juicios por abuso sexual infantil, pero no en otro tipo de asuntos.

En el siguiente enlace podemos ver un vídeo de Elizabeth Loftus, «Tus recuerdos son como Wikipedia, se pueden modificar»

Con todo lo dicho, podemos darnos cuenta de que nuestros recuerdos de los hechos no son tal como estos se dieron objetivamente; recordamos una reconstrucción de la realidad tal y como la interpretamos, y no tal y como ha sido en la vida real. Conferimos un sentido a la memoria porque es constructiva y nos es indispensable para que llevemos a cabo todas nuestras actividades cotidianas, y por lógica podemos confiar en ella, pero también es conveniente mantener una postura un tanto escéptica sobre cuestiones que nos parezcan no tan claras, sobre todo si existe alguna duda sobre nuestros recuerdos, o se nos ha sugerido que algo pudo no haber ocurrido. En el siguiente enlace, en una conferencia TED, la Dra. Elizabeth Loftus dicta una explicación detallada sobre este tema: “La ficción de la memoria”.

Referencias bibliográficas