José Cano: Psicólogo – Psicoterapeuta. Veinte años dedicado a la psicoterapia y al campo de la hipnosis. Provincia de Alicante

El significado del dolor lo situaría en una doble vertiente, la concerniente al modelo médico de la enfermedad y la relativa al modelo psicológico de la misma. Pienso que siempre debemos tener en consideración el tratamiento psicológico a la hora de tratar el dolor, según los casos, para aliviarlo o para suprimirlo.

El dolor que atañe al ámbito de la psicología es aquel que simboliza algo para la persona que lo sufre, aquel que se despierta ante un conflicto interpersonal, el causado por una reacción de estrés y el derivado de una postura inadecuada adoptada por tu cuerpo de modo habitual.

El dolor simbólico actúa como si una parte de tu inconsciente quisiese representar un conflicto emocional, un reproche o un estado de satisfacción deseada. Es el modo como tu inconsciente te habla o se comunica contigo. Un dolor circunscrito a una parte del cuerpo podría aparecer para que te retrotraigas a una situación del pasado en la que sufriste por primera vez la lesión que te causó dicho dolor; en tal caso el dolor sirve para unir la situación actual con la del pasado. Aquí la hipnoterapia me ayuda a tratar con tu inconsciente.

Un conflicto interpersonal que no manejas adecuadamente te supondrá un conflicto emocional; en consecuencia, en tu organismo ocurren cambios bioquímicos que presionan, tensionan o laceran tejidos de tu cuerpo; las células de dichos tejidos son las que envían las señales de dolor al cerebro. El dolor más frecuente de este tipo se origina en el sistema digestivo: el colon irritable y la gastritis, entre otros; yo creo que aquí también se debe de añadir la mayoría de las cefaleas de tensión. En esta misma línea tenemos el dolor proveniente de la musculatura esquelética, como el sufrimiento de espalda y cuello, porque ante un mismo conflicto personal sueles tensionar esos músculos sin darte cuenta. En estos casos el dolor no es simbólico, pero sí que es consecuencia de un conflicto emocional a raíz de un encuentro interpersonal. Cuando el dolor deriva de un conflicto emocional, no hay más remedio que tratarlo con psicoterapia. Aquí la hipnosis es muy útil para detectar el significado del dolor y poder trabajar con tu inconsciente. En ciertos pacientes no tiene sentido buscar una causa psicológica especifica; son casos en los que las personas reaccionan del mismo modo ante cualquier conflicto emocional, unas reacciones que afectan siempre al mismo órgano con cambios bioquímicos que perjudican los tejidos de dichos órganos. En estos últimos casos, aparte de que la finalidad terapéutica sea una modificación de conducta en tales situaciones, con la hipnosis tendré que enseñar al paciente a anestesiar la parte de su organismo que se expresa con dolor a consecuencia de sus reacciones emocionales en la situación conflictiva.

Las reacciones de estrés causan dolor físico, porque el estrés es un miedo, temor o preocupación que te lleva a la tensión muscular en ausencia de un conflicto interpersonal.

Reservo el término “estrés” para las conductas y hábitos que comportan tensión muscular y, en consecuencia, dolor; con ello evito tomar dicho término como “cajón de sastre” para referirme a todos los conflictos emocionales.

Para tratar el dolor causado por una conducta estresante, utilizo la hipnosis para detectar dicha conducta de la cual no eres consciente, y propiciar un cambio en ese hábito que te causa rigidez muscular.

Dentro de la categoría del dolor psicológico incluyo el causado por las malas posturas corporales. La hipnosis es muy apropiada para corregir esas posturas que adoptas de modo inconsciente y que te causan dolor muscular.

 

Cuando anestesias con la hipnosis, tu mente inconsciente percibe el dolor, pero siempre procuro hacerle ver al inconsciente que debe ignorarlo para el bien del organismo; le indico que dicho dolor no implica un perjuicio para el organismo y que ningún tejido será deteriorado a pesar de saber que hay dolor. Si quieres tratar el dolor físico, tienes que utilizar algún tipo de hipnosis, porque tu mente consciente siempre estará demasiado alerta frente a todo aquello que ha aprendido que causa dolor.

Los psicólogos nos vemos limitados a la hora de tratar el dolor físico en el ámbito médico. Los medicamentos analgésicos y anestésicos están ampliamente aceptados como lo único que se puede utilizar para tratar o evitar el dolor físico; es una creencia hegemónica, por lo que la utilidad de la hipnosis para tratar o evitar el dolor es desconocida por la mayoría de las personas.

Los medicamentos bloquean los receptores del dolor en el cerebro, aunque por lo visto, en muchos casos, no del todo. Pero los medicamentos tienen la ventaja de ser un procedimiento para tratar el dolor rápido, a pesar de no ser siempre eficaces. La hipnosis, cuando se aplica correctamente, es siempre más eficaz y beneficiosa que los medicamentos; la desventaja es que se requiere más tiempo para su aplicación, sobre todo cuando la persona necesita aprender autohipnosis.

Mi experiencia en la aplicación de la hipnosis para tratar o aliviar el dolor físico, atribuible al campo de la medicina, se reduce a las ocasiones en las que un paciente, además de referir una queja relativa al ámbito de la psicología, presenta algún tipo de trastorno gastrointestinal o autoinmune, o cuando la persona debe someterse a una exploración endoscópica (gastroscopia o rectoscopia). También aplico la hipnosis en el campo de la obstetricia, sobre todo para paliar o suprimir los dolores menstruales, para lo cual utilizo la anestesia hipnótica y el cambio de expectativas o de programa que la mujer tiene sobre su menstruación. Paliar o suprimir el dolor del parto con hipnosis es algo que siempre me ha aportado mucha satisfacción; en todos los casos que he tratado los beneficios han sido considerables, desde aliviar el dolor hasta conseguir el parto sin dolor. Todas las personas que he tratado con hipnosis para aliviar o suprimir el dolor han mostrado su satisfacción. Las mujeres entrenadas para dar a luz con la hipnosis sin la epidural manifiestan haber experimentado el parto con gran alegría. Las personas que se han enfrentado a una intervención quirúrgica después de haberse preparado con hipnosis para dicha intervención expresan que han experimentado una rápida y satisfactoria recuperación posoperatoria. Con la psicoterapia y la hipnosis no podemos sustituir a la anestesia química para las invenciones quirúrgicas, pero se puede preparar a la persona para que acuda a quirófano relajada y confiada, lo que favorece el posoperatorio y reduce las molestias y el dolor tras la operación.

Antes de aplicar la hipnosis como analgésico o anestésico, tengo que conocer las creencias y expectativas que el paciente tiene sobre el trastorno que le causa sufrimiento, sobre la intervención médica o sobre cualquier proceso fisiológico que piense que le producirá dolor. Es necesario conocer a la persona, no basta con aplicar la misma técnica hipnótica para todo el mundo.

Pienso que la hipnosis para tratar el dolor físico, en el campo de la medicina, no puede pretender siempre sustituir a la medicación, pero podría ser un complemento imprescindible.