Ernesto Ruiz de Linares: Notario y Escritor
Como consecuencia de la desorientación cultural y religiosa de los últimos tiempos, surge La New Age o Nueva Era que sin ser una entidad organizada aparece como el principal de entre los diversos “nuevos movimientos espirituales” surgidos recientemente. Es una reacción espiritual aparentemente sana en contra del ambiente materialista de hoy y que defendiendo una fe sin religión se opone a todas las Teologías.
Se trata de una pseudoreligión que se manifiesta como planetaria, nueva, fraterna, con rasgos del Cristianismo, el Hinduismo y el Budismo, convirtiéndose en la tercera opción entre el ateísmo y la creencia en un Dios personal, reconciliando conciencia y ocultismo. Una religión que no englobará a todas las demás y que ofrecerá al hombre contemporáneo la posibilidad de alcanzar una síntesis capaz de cubrir sus expectativas en los campos afectivo, cultural y religioso desde una perspectiva de unidad.
Aparece como una visión optimista, con una gran fe en el poder de la conciencia y que, creyendo en la evolución y en la reencarnación, ve a Dios como una energía pura y absoluta que permitirá al hombre reconciliarse con la naturaleza y con el cosmos. Es un sistema filosófico y religioso que pretende conciliar varias doctrinas. La New Age dice que no importa lo que se cree, pues únicamente basta con estar a gusto. Y para ella todas las religiones son iguales, son lo mismo: Cristo, Krisna y Buda…. El hombre, Dios y el mundo se encuentran en el mismo plano y por ello les es fácil unificar todas las religiones. El hombre es Dios y ha creado a Dios a su imagen. El hombre es parte de la conciencia cósmica, de la fuerza cósmica y debe descubrir y desarrollar su divinidad a través de medios de expansión de la conciencia como el yoga, la meditación etc… que le llevarán a poner en práctica la sanación cósmica y logrará así una perfecta salud física y espiritual. Para los de la New Age, la energía universal se encuentra en el medio ambiente y la idea de que Cristo sana es pura ilusión, pues basta con la energía del universo. La oración a través de la meditación se convierte en una especie de unión con la naturaleza que otorga al hombre un confort espiritual. La New Age no es una secta y por lo tanto no tiene los problemas típicos de las mismas, como los excesos, la reducción y la cerrazón… y tiene todo lo que busca hoy el ser humano para estimular la cultura enferma en la que vive. Es una tendencia sociocultural con los elementos religiosos que comienza sustituyendo: las virtudes por los valores, la moral por los compromisos, la conducta social por estilos de vida, la verdad por alternativas y las jaculatorias por mantras. La New Age es un coctel, porque mezcla o sincretiza: espiritismo, astrología, cábala, teosofismo, gnosticismo, budismo, hinduismo, reencarnación, chacras, santería, herbolaria, naturismo, control mental, hipnosis. (En muchos casos, se desconoce la hipnosis y otras técnicas con la profundidad necesaria, pero se incluyen en un mismo crisol, aunque sean disciplinas muy diferentes). Basta con tomar lo que más le conviene a cada uno en un momento determinado y dejar lo que no le gusta o le estorbe. Es, como se le ha llamado, “un supermercado espiritual”, el “bufete de religiones” o “el coctel espiritual”, donde tomo lo que más me conviene para el día de hoy. Importan poco las creencias; lo que resulta bueno para uno no tiene que ser bueno para los demás, el pecado no existe y los remordimientos de conciencia tampoco. No hay nada malo y, en caso de equivocarse, no importa, pues a todo se le puede poner remedio, y si no es en esta vida lo será en otra, gracias a la reencarnación.
Todo este movimiento de la New Age o Nueva Era provoca un gran desafío para el Cristianismo y la civilización cristiana. Pues se trata de la amenaza pseudoespiritual más fuerte que ha tenido, ya que las ideas de la Nueva Era están penetrando en la educación, la música, la política, el arte y hasta en la misma Iglesia Católica, debido a que los proponentes y practicantes de la New Age ocupan puestos importantes en todos estos campos. Además, la Iglesia Católica ve en las ideas de la Nueva Era una perfecta justificación ideológica para el ambiente antivida y de planificación familiar derivado del egoísmo e individualismo del hombre de hoy.
El origen de la Nueva Era se puede encontrar en los postulados de la Sociedad Teosófica que fue fundada por la rusa Helena Petrova Blavawtsky en 1875 en Nueva York. Posteriormente, en California en 1948 nace propiamente la New Age vinculada ya a este término en el libro publicado por la tercera presidenta de la Sociedad Teosófica Alice Ann Bailey. Sin tener fundadores ni sedes, ni libros, ni dogmas, New Age es una espiritualidad sin Dios, sin gracia y que va muy unida al espíritu y al ambiente de nuestro tiempo. Aldous Huxley, Carl Gustav Jung, James Rudolf, entre otros, se consideran como los inspiradores de la New Age, siendo uno de sus teóricos principales Fritjof Capra, físico austriaco residente en California y ganador del premio Nobel de física.
Este movimiento que se ha venido produciendo en las naciones industrializadas de occidente entre las personas de clase media y alta, está arraigado principalmente entre los adversarios de la energía nuclear, y en los grupos de iniciativas a favor de la paz, en los diversos movimientos ecologistas, en grupos de biomedicina alternativa, en los movimientos feministas, en grupos que practican la autoexperiencia y en grupos de terapia psicológica (Human Potential Movement).
Los Newagers dicen que en el subconsciente está la clave de todo, y que a través del esfuerzo positivo de un proceso perceptivo de reestructuración (es decir cambiando el modo en que vemos el mundo), las fuerzas innatas del subconsciente conquistarán a los enemigos y resistirán todo aquello que es negativo. Propone una nueva alianza con la naturaleza respetando a la tierra como un ser viviente. Pasan a considerar a la energía sobre la materia. Se sienten constantemente en el camino hacia la liberación, prefieren el cambio a la competencia o a la lucha, intentan unificar ciencia y conciencia, se sienten partícipes de la conciencia cósmica y buscan en definitiva construir un mundo de armonía, evolución y amor sin la participación de Dios, pues su panteísmo les hace pensar que todo es Dios. La nueva conciencia transformará para bien a los individuos y al mundo en su totalidad; más aún, los salvará. La característica principal de la Nueva Era o nueva conciencia consiste en la percepción de la unidad y de la totalidad universales. Todo es una sola cosa: Dios y el mundo, el espíritu y la materia, el hombre y la naturaleza, el cuerpo y el alma, el yo y el tú. Para la New Age, esa nueva conciencia llegará ineludiblemente, pues en la evolución del ser humano hay cinco grandes maneras de conciencia: la conciencia arcaica, la mágica, la mítica, la conciencia mental, y la integral, siendo esta última el nivel de conciencia en el que estamos entrando en la actualidad (Era de Acuario), y que integra lo positivo de todas esas maneras o formas de conciencia que ha habido hasta ahora con un sentido de totalización para la restauración del estado original primitivo e inviolado, llegando así a una conciencia suprarracional que viva en la constante e indivisa presencia de la totalidad del mundo y de su origen.
Así pues, con una nueva religión que está naciendo de las orientaciones de prácticas de la New Age, cada uno de nosotros podrá, a través de la meditación y de una respiración consciente y pausada que nos permita la absorción del prana, conectar directamente con la energía absoluta o energía primigenia creadora de todo el universo, para que aflore la deidad que llevamos dentro y convertirnos en Dios. Qué mejor religión para esta sociedad hedonista de hoy, que ésta de la New Age que nos convierte a cada uno de nosotros en su propio Dios. Qué mejor ser uno mismo el que decide que es pecado y lo que no, lo que está bien y lo que está mal, lo que le conviene y lo que no… ¿Qué será de este nuevo hombre, neohumano, que ha dejado de temer a Dios? ¿No será ésta una cuestión de conveniencia para que no tema lo que realmente tendría que temer y que en su egolatría camine feliz hacia su empobrecimiento dejando el camino abierto a aquellos que le gobiernan?… ¡Suerte!
OM MANI PADMI OM.
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Ernesto Ruiz de Linares (2015) La New Age. Hipnológica, 8:49-51