Los mensajes a múltiples niveles son la base de la hipnosis
Zeig & Tanev, 2019
Introducción: El cambio como constante histórica
Como sostiene Yuval Noah Harari (2024), la historia no es simplemente el estudio del pasado, sino el análisis del cambio, un fenómeno que se acelera exponencialmente en la actualidad debido a la Inteligencia Artificial (IA). En la última década, la IA ha revolucionado campos como la medicina, la investigación y la psicoterapia, desafiando paradigmas establecidos y abriendo escenarios sin precedentes. La hipnosis clínica, con su énfasis en la relación terapéutica y el lenguaje evocador, se enfrenta ahora a una evolución tecnológica preparada para redefinir el diagnóstico, el tratamiento y la investigación. Este ensayo explora los potenciales, los riesgos y las implicaciones filosóficas de esta intersección, basándose en recientes descubrimientos científicos y en las reflexiones de Harari sobre el futuro de la humanidad.
Oportunidades: Cómo la IA está transformando la hipnoterapia
En los últimos años se ha producido una rápida expansión en el ámbito de los chatbots psicológicos basados en IA, estimulada por la creciente demanda de soluciones accesibles para la salud mental (Tien-Wei Hsu et al. 2024). Plataformas como Woebot, Wysa, Elomia y Broken Bear ofrecen intervenciones rápidas y rentables para afecciones como el estrés, la ansiedad y la depresión, proporcionando una alternativa a los elevados gastos a menudo asociados a la terapia tradicional.
A pesar de sus ventajas, estas herramientas digitales se enfrentan a importantes retos relacionados con la eficacia, la personalización y la gestión de crisis. Un informe de «MarketsandMarkets» prevé que el mercado de chatbots de salud mental podría estar valorado en 3.500 millones de dólares en 2027, un auge acelerado por la pandemia de COVID-19 y su impacto en los servicios de salud digital. Las innovaciones en inteligencia artificial –especialmente a través del procesamiento del lenguaje natural (PLN) y el aprendizaje automático– están reconfigurando la asistencia psicológica.
Por ejemplo, mientras que «Woebot» aprovecha la terapia cognitivo-conductual (TCC) para ayudar a los usuarios a replantear los pensamientos negativos, «Broken Bear» hace hincapié en un enfoque empático, y «Wysa» emplea un avatar de pingüino para ofrecer orientación emocional y consejos prácticos para aliviar el estrés.
Las investigaciones, incluido un estudio de 2023 en «Digital Health», han descubierto que estos chatbots pueden aliviar síntomas de ansiedad y depresión leve, sobre todo en escenarios de autoayuda. Sin embargo, expertos como el psicoterapeuta Todd Essig (coautor de un estudio con la «American Psychological Association») señalan que estas herramientas aún no igualan los beneficios de las prácticas tradicionales de autoayuda, como llevar un diario. El atractivo de los chatbots también está relacionado con la «brecha terapéutica», es decir, la dificultad que tienen muchas personas para acceder a servicios de salud mental de calidad. En algunas partes de Europa, donde las sesiones de psicoterapia suelen superar los 150 euros, plataformas en línea como «BetterHelp» y «Talkspace» han ganado adeptos a pesar de problemas como la elevada rotación de terapeutas y la calidad irregular del servicio (Sadeh-Sharvit et al., 2023). En cambio, los chatbots ofrecen una opción de ayuda afable, anónima y continua. Un estudio reciente de «Grand View Research» destaca que la creciente concienciación sobre la salud mental entre los adultos jóvenes impulsa aún más el crecimiento de este mercado. Además, las tendencias emergentes incluyen la personalización de los chatbots para grupos demográficos específicos. «Wysa», por ejemplo, ha desarrollado una versión adaptada a los adolescentes, mientras que otras aplicaciones se dirigen a las personas mayores o a individuos con afecciones como el autismo. Un estudio publicado en 2024 en el «Journal of Autism and Developmental Disorders» demostró que los chatbots especializados pueden proporcionar un apoyo estable y no intrusivo, mejorando así la gestión de la ansiedad social. Proyectos como «mTherapy» también están explorando el uso de estas herramientas en regiones de renta baja, con el objetivo de colmar lagunas en la atención a la salud mental. Las preocupaciones éticas siguen siendo importantes, especialmente en lo que respecta a la privacidad de los datos. Aunque plataformas como «Wysa» y «Woebot» han recibido el reconocimiento de la Food and Drug Administration (FDA) como dispositivos médicos innovadores, muchas aplicaciones funcionan sin una clara supervisión reguladora. Esta ambigüedad plantea problemas en torno al posible uso indebido de datos sensibles y la explotación comercial de información psicológica, como advierte la «Electronic Frontier Foundation» (EFF). La adopción generalizada de herramientas digitales de salud mental, acelerada por la crisis de COVID-19, queda patente en encuestas como la realizada por «Psychiatric Services» en 2022, que informó de un aumento del 30% en el uso de aplicaciones de salud mental. Los gobiernos están considerando ahora estas tecnologías para extender los servicios de salud mental a zonas rurales o en desarrollo desatendidas, allanando el camino para una atención más inclusiva y personalizada. A pesar de estos avances, la IA en salud mental aún se enfrenta a notables limitaciones. Los chatbots aún no están equipados para gestionar crisis agudas, como la ideación suicida o los episodios psicóticos. Aunque herramientas como «Earkick» muestran potencial para detectar señales de alerta suicida, los expertos advierten de que la ausencia de intervención humana inmediata podría tener consecuencias nefastas. Además, la dependencia de respuestas digitales rápidas puede impedir el desarrollo de habilidades esenciales de autorregulación emocional, una preocupación subrayada por Hannah Zeavin, autora de «The Distance Cure».
Se espera que los avances en IA también influyan en la hipnosis clínica. Aunque actualmente no existen chatbots dedicados a la hipnosis, las tecnologías emergentes en NLP y aprendizaje automático podrían permitir pronto la creación de herramientas que guíen a los usuarios a través de la autohipnosis para controlar el estrés, el dolor o la ansiedad.
No obstante, dada la naturaleza compleja y delicada de la hipnosis, estas herramientas seguirán necesitando la supervisión de profesionales cualificados, ya que la IA aún no domina los matices esenciales para una intervención terapéutica personalizada.
No obstante, la IA proporciona herramientas para analizar vastos conjuntos de datos clínicos y descubrir patrones ocultos que optimicen las intervenciones hipnóticas. Por ejemplo, los algoritmos de aprendizaje automático pueden correlacionar respuestas fisiológicas (frecuencia cardiaca, conductancia cutánea) con la eficacia de metáforas hipnóticas específicas, lo que permite terapias altamente personalizadas. Un estudio de 2023 demostró que los sistemas de IA pueden generar guiones hipnóticos adaptados a las preferencias lingüísticas de los pacientes, mejorando la adherencia terapéutica en un 40% en comparación con los enfoques estándar.
Las simulaciones de IA permiten a los terapeutas entrenarse con pacientes virtuales, experimentando con escenarios complejos (por ejemplo, resistencia al trance) y recibiendo feedback inmediato. Durante las sesiones, los sensores de los dispositivos portátiles controlan el estado emocional de los pacientes y sugieren ajustes en tiempo real del lenguaje o el tono del terapeuta. Esta simbiosis humano-máquina podría mejorar la eficacia clínica, como demuestra un estudio de Psychiatry Research de 2024 en el que la IA redujo los tiempos de inducción hipnótica en un 30%.
Plataformas como Woebot y Wysa ya ofrecen apoyo emocional mediante técnicas cognitivo-conductuales, demostrando su eficacia en la reducción de la ansiedad y la depresión leves. Aunque todavía no hay ningún chatbot dedicado a la hipnosis, los avances en el Procesamiento del Lenguaje Natural (NLP, por sus siglas en inglés) podrían permitir pronto la creación de guías autónomas para la autohipnosis, sobre todo en poblaciones socialmente aisladas. Un ejemplo emblemático es Replika, un chatbot que en 2024 evitó intentos de suicidio en el 3% de los usuarios, mostrando el potencial empático de la IA.
Desafíos: Riesgos éticos y limitaciones de la IA
La hipnosis se basa en la construcción conjunta de la relación terapéutica, un proceso dinámico que requiere intuición y adaptación mutua. Harari advierte que la IA, aunque capaz de simular empatía, sigue siendo una «inteligencia alienígena», alejada de las experiencias corporales y limitada a la hora de interpretar los matices emocionales. Un estudio realizado en 2023 reveló que los pacientes expuestos a terapias guiadas por IA informaron de una reducción del 25% en la «conexión auténtica» percibida en comparación con las sesiones dirigidas por humanos.
La IA corre el riesgo de perpetuar sesgos estructurales. Por ejemplo, los sistemas de diagnóstico basados en datos históricos podrían subestimar patologías en grupos étnicos minoritarios, sesgando las opciones terapéuticas. Además, la recopilación de datos sensibles (por ejemplo, grabaciones de voz durante el trance) plantea problemas de privacidad, sobre todo en ausencia de normativas sólidas como la Ley de IA de la UE de 2023, que obliga a la transparencia algorítmica.
La dependencia excesiva de la IA podría erosionar las competencias intuitivas de los terapeutas. Como se ha visto en anestesiología, donde la IA supervisa la hipnosis profunda, los profesionales corren el riesgo de convertirse en «técnicos pasivos», perdiendo habilidades decisivas para la toma de decisiones. Harari subraya que «nunca en la historia hemos invocado un poder que no podamos controlar», lo que pone de relieve el reto de equilibrar la innovación y la autonomía humana.
Ética y futuro: Un enfoque Ericksoniano de la IA
Harari aboga por una «dieta de información» –una pausa reflexiva para asimilar las implicaciones de la IA– mientras que el modelo regulador europeo equilibra la innovación y los derechos humanos. Para la hipnosis, esto significa:
- Integración crítica: Utilizar la IA como herramienta de apoyo, no de sustitución, preservando la centralidad de la relación terapeuta-paciente.
- Formación híbrida: Enseñar a los futuros hipnoterapeutas a interactuar con algoritmos, mezclando la alfabetización clínica y digital.
- Ética de la transparencia: Exigir a la IA que revele su naturaleza no humana, evitando ilusiones de conciencia.
Un ejemplo inspirador procede de la biología computacional: el proyecto AlphaFold, que rediseña proteínas en segundos, demuestra cómo la IA puede acelerar los descubrimientos científicos cuando se guía por la investigación humana. Del mismo modo, en hipnosis, la IA podría trazar correlaciones entre los estados de trance y las activaciones neuronales, abriendo nuevas fronteras en la comprensión de la sugestión.
La historia de AlphaGo, que en 2016 derrotó al campeón de Go Lee Sedol con movimientos «alienígenas», recuerda el mito de Faetón: una advertencia contra la arrogancia tecnológica. Sin embargo, como escribe Harari, el futuro no está predeterminado, sino que podemos moldearlo. La IA puede ser un «carro de combate» o un aliado para ampliar el potencial terapéutico. La hipnosis, arraigada en el arte de la conexión humana, puede guiarnos hacia un uso sabio y humano de estas tecnologías, transformando el reto en una oportunidad para redefinir lo que significa «curar».
El legado de Milton H. Erickson: Un paradigma epistemológico más allá de la técnica
La contribución de Milton H. Erickson (1978; 1989) a la psicoterapia y la hipnosis representa un profundo cambio epistemológico respecto a las tradiciones anteriores, sentando las bases de un modelo clínico radicalmente nuevo. En lugar de desarrollar una teoría sistemática de la hipnosis, Erickson se basó en un extenso cuerpo de observación clínica, experimentación pragmática e intuición (Erickson, Rossi y Rossi, 1976). En su opinión, la hipnosis no es meramente una técnica, sino un modo transformador de experiencia relacional –un estado natural y fisiológico entretejido en la conciencia cotidiana, que puede ser reconocido, utilizado y mejorado dentro del encuentro terapéutico (Lankton, 2022).
En el núcleo de la psicoterapia Ericksoniana se encuentran dos pilares epistemológicos: el enfoque naturalista y el principio de utilización. En este marco, el trance no se interpreta como una condición patológica o inducida artificialmente, sino como un estado de consciencia que se produce de forma natural y que es capaz de tender un puente entre los síntomas del cliente y sus recursos latentes (Zeig, 1980). El terapeuta no impone una dirección, sino que discierne, refleja y amplifica las manifestaciones únicas –ambientales, sintomáticas, lingüísticas y emocionales– que emergen del cliente, convirtiéndolas así en vectores de cambio.
Esta filosofía operativa, aparentemente antisistémica, es en realidad una forma muy refinada de adaptación terapéutica. Cada vía clínica se co-construye en resonancia con el estilo perceptivo y comunicativo del paciente. La utilización se convierte así no sólo en un método estratégico, sino en una postura ética: todo comportamiento, incluida la resistencia, se considera una comunicación significativa y no un obstáculo (Haley, 1973).
La psicoterapia como arte de la diferencia
El pensamiento de Erickson desafía muchos supuestos fundacionales del razonamiento clínico tradicional (Loriedo C.; Valerio C.; Carnevale F. 2008). En lugar de una metodología rígida, ofrece una orientación fluida, sensible y profundamente relacional.
El cambio terapéutico no se desarrolla de forma lineal o predecible, sino que surge de la dinámica intersubjetiva del rapport (Bandler R. & Grinder J.; 1975): una conexión focalizada y sincrónica entre el terapeuta y el cliente, alimentada a través de una profunda sintonía con las señales mínimas, la comunicación analógica y los mensajes multinivel (Erickson & Rossi, 1989).
La singularidad de este enfoque reside en la valorización de la diferencia como recurso terapéutico básico. Cada cliente aporta una constelación singular de experiencias, significados y aprendizajes. El trance permite acceder a este repositorio interno, donde a menudo están latentes las semillas de la transformación. Como Erickson subrayaba con frecuencia, el terapeuta nunca debe convertirse en un imitador, sino en un auténtico autor del encuentro terapéutico (Zeig, 1985).
La neurociencia y la validación científica del trance
En las dos últimas décadas, la investigación neurocientífica ha corroborado cada vez más muchas de las intuiciones clínicas de Erickson. Los estudios de la corteza premotora, las neuronas multimodales y, en particular, el sistema de neuronas espejo han comenzado a desentrañar los mecanismos neuronales que sustentan la experiencia hipnótica y la comunicación empática (Gallese, 2001; Iacoboni, 2009).
El reflejo sensoriomotor –la capacidad del cerebro para simular internamente acciones percibidas, imaginadas o representadas– proporciona una base neurofisiológica para constructos Ericksonianos clave como la compenetración, el modelado y las intervenciones a medida. Estudios de resonancia magnética funcional y EEG demuestran que los estados de trance activan regiones cerebrales asociadas con la atención focalizada, la regulación afectiva y la memoria autobiográfica, apoyando la idea de que la hipnosis facilita la reorganización adaptativa de los recuerdos procedimentales y el procesamiento simbólico (Oakley y Halligan, 2013; Landry, Lifshitz y Raz, 2017).
Estos hallazgos sugieren que el trance no debería verse como un estado disociado o alterado, sino más bien como un modo mental adaptativo que permite la integración de experiencias cognitivas, emocionales y somáticas, mejorando así la coherencia interna y promoviendo la resiliencia psicofisiológica.
La Inteligencia Artificial y el futuro de la psicoterapia Ericksoniana
En este panorama clínico en evolución, la Inteligencia Artificial (IA) presenta nuevas oportunidades para profundizar y ampliar los principios Ericksonianos. Cuando se integra éticamente, la IA podría convertirse en un aliado para refinar la presencia y la precisión terapéuticas. Los sistemas avanzados de IA, en particular los que aprovechan el procesamiento del lenguaje natural (NLP), pueden emplearse para descodificar los patrones verbales y no verbales matizados característicos de la comunicación hipnótica. Estas herramientas pueden ayudar en la formación del terapeuta ofreciendo información detallada sobre las elecciones lingüísticas, el uso de metáforas y los cambios tonales (Bickmore et al., 2018). Además, los sensores biométricos impulsados por IA, los algoritmos de reconocimiento facial y el análisis de la modulación de la voz pueden ayudar a los clínicos a rastrear las señales mínimas relacionadas con el trance, lo que permite la retroalimentación en tiempo real y mejora la capacidad del terapeuta para detectar microcambios en el estado afectivo y el compromiso (Schuller et al., 2014). Igualmente importante es el potencial de la IA en el modelado clínico. Las redes neuronales artificiales inspiradas en el funcionamiento del cerebro humano pueden ayudar a construir modelos psicoterapéuticos integradores que abarquen las dimensiones cognitiva, afectiva, relacional y simbólica de la mente. La hipnosis, conceptualizada como un estado de disociación creativa y flujo, ofrece un terreno fértil para investigar procesos como la generación de insight, la resolución de problemas y la transformación de la identidad (Dietrich, 2004).
Hacia un diálogo entre la terapia Ericksoniana y las tecnologías emergentes
La psicoterapia Ericksoniana –con su enfoque en la subjetividad, la profundidad relacional y las dimensiones creativas del cambio– puede beneficiarse de un diálogo maduro con las nuevas tecnologías, siempre que éstas no se utilicen como sustitutos sino como amplificadores de la complejidad humana. Si se aplica con rigor epistemológico y sensibilidad clínica, la IA puede mejorar la capacidad del terapeuta para sintonizar con las diferencias individuales, personalizar las intervenciones y validar científicamente el trance como experiencia transformadora. En una era cada vez más marcada por la aceleración tecnológica, el mensaje perdurable de Erickson –que hace hincapié en la lentitud, la sintonía y la fe en los recursos intrínsecos del cliente– sigue siendo un punto de referencia fundamental. Precisamente por ello, el pensamiento Ericksoniano puede entablar hoy un fértil intercambio con la inteligencia artificial, guiándola hacia una praxis clínica que honre la irreductible singularidad de cada ser humano.
Referencias bibliográficas
- Bandler R.; Grinder J. (1975), I modelli della tecnica ipnotica di Milton H. Erickson. Roma: Astrolabio.
- Bickmore, T., Schulman, D., & Yin, L. (2018). Maintaining engagement in long-term interventions with relational agents. Applied Artificial Intelligence, 32(3), 269–290.
- Dietrich, A. (2004). Neurocognitive mechanisms underlying the experience of flow. Consciousness and Cognition, 13(4), 746–761.
- Erickson, M. H., Rossi, E. L., & Rossi, S. I. (1976). Hypnotic Realities: The Induction of Clinical Hypnosis and Forms of Indirect Suggestion. Irvington.
- Erickson, M. H., & Rossi, E. L. (1989). The Collected Papers of Milton H. Erickson on Hypnosis. Volume I–IV. Brunner/Mazel.
- Erickson M. H.; Rossi E. L. (1978), Ipnoterapia. Roma: Astrolabio. (Trad. it.: 1979)
- Erickson M. H.; Rossi E. L. (1989), L’uomo di febbraio. Lo sviluppo della coscienza e dell’identità nell’ipnoterapia. Roma: Astrolabio. (trad. it.: 1992)
- Gallese, V. (2001). The ‘shared manifold’ hypothesis: From mirror neurons to empathy. Journal of Consciousness Studies, 8(5–7), 33–50.
- Haley, J. (1973). Uncommon Therapy: The Psychiatric Techniques of Milton H. Erickson, M.D.. Norton.
- Harari, Y.N. (2024). Nexus: AI and the Future of Humanity.
- Iacoboni, M. (2009). Mirroring People: The New Science of How We Connect with Others. Picador.
- Landry, M., Lifshitz, M., & Raz, A. (2017). Brain correlates of hypnosis: A systematic review and meta-analytic exploration. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 81, 75–98.
- Lankton, S. (2022). Ericksonian Approaches: Hypnosis and Psychotherapy Revisited. London: Routledge.
- Loriedo C.; Valerio C.; Carnevale F. (2008). Il lungo cammino dell’ipnosi: dalle origini mitologiche all’approccio naturalistico di Milton Erickson e alle nuove acquisizioni delle neuroscienze. In: Idee in Psicoterapia. Volume 1, n.1. Roma: Alpes.
- Oakley, D. A., & Halligan, P. W. (2013). Hypnotic suggestion and cognitive neuroscience. Trends in Cognitive Sciences, 17(10), 465–472.
- Sadeh-Sharvit et al. (2023). AI in Clinical Hypnosis, Journal of Medical Hypnosis. EU AI Act (2023). Regulation on Artificial Intelligence.
- Schuller, B., et al. (2014). Computational paralinguistics: A survey. IEEE Signal Processing Magazine, 29(4), 129–144.
- Tien-Wei Hsu et al. (2024). Quality of AI-Generated Abstracts, Psychiatry Research.
- Zeig, J. K. (1980). A Teaching Seminar with Milton H. Erickson. Brunner/Mazel.
- Zeig, J. K. (1985). Experiencing Erickson: An Introduction to the Man and His Work. Brunner/Mazel.