Isidro Pérez Hidalgo: Psicólogo Clínico. Director de CHC Psicólogos.
Presidente de la Sociedad Hipnológica Científica
Definición de amnesia
Entendemos que la amnesia es un déficit del funcionamiento de la memoria. Sabemos que el olvido es algo perfectamente habitual en el ser humano, pero en la amnesia hay una diferencia de grado: un deterioro anómalo y en muchos casos incapacitante.
Subtipos de amnesia
Amnesia localizada. Se refiere a un periodo concreto con ausencias de recuerdo. Puede abarcar horas, días, meses o incluso años.
Amnesia selectiva. Es el olvido de determinados hechos durante un periodo de tiempo concreto. Puede ir asociada a la amnesia localizada.
Amnesia generalizada. Afecta a la historia personal incluyendo la identidad. El paciente de algún modo ha perdido su vida anterior. Suele suceder de forma súbita.
Amnesia sistematizada. En este caso, la amnesia afecta a una categoría específica de información; por ejemplo, lo que se refiere a una persona o a la propia familia.
El concepto de Amnesia Disociativa
En general se entiende que la amnesia disociativa conlleva una pérdida significativa de memoria, no ligada a causas orgánicas.
La amnesia retrógrada es la incapacidad de recordar acontecimientos previos a un momento determinado. La extensión del problema varía considerablemente, abarcando a veces periodos muy amplios de la vida de la persona, y en otras ocasiones la perturbación es más puntual. Las causas de la amnesia retrógrada pueden ser neurológicas o psicológicas.
La amnesia anterógrada se refiere fundamentalmente a la incapacidad de formar nuevos recuerdos a partir del inicio de la amnesia. El paciente presenta grandes dificultades para el desenvolvimiento de su vida cotidiana. Esta sintomatología suele ir ligada a daño cerebral afectando a diversas estructuras relacionadas con la memoria.
Hay que resaltar que en algunos pacientes podría darse un cuadro mixto con presencia de amnesia retrógrada y anterógrada.
Cuando hablamos de amnesia disociativa sabemos que está ligada a un acontecimiento traumático o estresante. Parece que, en muchos casos, se presenta un desbordamiento emocional que podríamos decir que provoca un “modo hipnótico” de procesamiento de situaciones concretas. Grosso modo, podríamos decir que son situaciones en las que la mente consciente se revela incapaz de hacerse cargo de lo que está sucediendo y la mente inconsciente asume el control.
Epidemiología de la amnesia disociativa
No hay suficientes estudios estadísticos. No obstante, los estudios de prevalencia muestran tasas de amnesia disociativa de entre 0,2% y 7,3 % (Staniloiu y Markowitsch, 2014). Parece más frecuente en mujeres que en hombres.
Criterios DSM-5 para el diagnóstico de amnesia disociativa
Vamos a recordar los criterios que podemos seguir para establecer el diagnóstico de amnesia disociativa, que parece adecuado para escuchar el presente caso:
- Incapacidad de recordar información autobiográfica importante, generalmente de naturaleza estresante o traumática, que es incompatible con el olvido ordinario.
- Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral y otras aéreas importantes del funcionamiento.
Spiegel (2023) explica que el diagnóstico de amnesia disociativa se basa principalmente en los síntomas. Para descartar causas neurológicas suelen emplearse técnicas como la resonancia magnética nuclear y la tomografía computarizada. Algunos casos pueden requerir el uso del electroencefalógrafo o analíticas de sangre y orina.
Para una revisión general actualizada del tema de la amnesia disociativa, ver Johnson (2024).
En el psicoanálisis, se da una importancia capital a la amnesia. A Freud le interesó mucho la amnesia infantil, que se da habitualmente entre los 0 y 3 años de edad, pero que puede extenderse más allá en el tiempo, y sostiene que conciencia y memoria se excluyen mutuamente. En general, para el psicoanálisis ortodoxo, la amnesia no deja de ser un mecanismo de defensa para afrontar la vida del presente, sin el peso de acontecimientos pasados. La represión es un concepto fundamental dentro del pensamiento de Freud (Freud, 1915).
Pierre Janet (1859-1947) y Morton Prince (1854-1929) fueron dos figuras destacadas en el estudio de los fenómenos disociativos, entre ellos la amnesia.
De hecho, el concepto de “disociación” se debe a Janet. Este autor considera que la disociación es un mecanismo de defensa frente a las experiencias traumáticas. Hay que destacar que dio a la hipnosis un papel fundamental en el tratamiento de los problemas psicológicos derivados del trauma. Buscaba que la hipnosis formara parte de la llamada “fase de estabilización”, para producir relajación, modificar síntomas y aliviar el estado de la persona que ha visto su vida en peligro (Janet, 1898). En todo caso, el enfoque de este autor era fundamentalmente ecléctico, como sostiene Van der Hart et al. (1989) en una interesante revisión del trabajo de Janet.
La Teoría de la Neo-Disociación
Hilgard (1977), sostiene que el concepto psicoanalítico de “represión” guarda muchas similitudes con el de amnesia. Aunque cree al mismo tiempo que no son procesos idénticos.
En un modelo neodisociativo existe un “observador oculto”. Según este autor, en la amnesia hipnótica hay una parte que recuerda material inaccesible para la persona hipnotizada. No obstante, existe una controversia importante sobre la validez de dicho “observador oculto” (Spanos, 1983; Kallio y Revonsuo, 2005).
Hilgard postula una teoría de la hipnosis como estado, que denomina “Teoría de la Neodisociación. Según él los fenómenos hipnóticos se producen a través de una disociación en los sistemas de control de alto nivel. Da importancia a las “barreras amnésicas”.
Hilgard explica que el sujeto hipnotizado es consciente del resultado de los efectos que se le sugieren, pero no del proceso por el que se producen.
¿Existe realmente el “Observador Oculto” en la hipnosis, tal como defiende Hilgard?
Ha habido muchas opiniones en contra de este modelo (Heap et al. 2004; Kirsch y Lynn 1997).
No obstante, en el presente caso la idea del observador oculto resulta práctica desde el momento en que partimos de la idea de que hay una parte que recuerda cómo ha transcurrido la vida del paciente, aunque esa parte en un principio está por debajo del nivel de la mente consciente. En este caso las respuestas ideomotoras serían una ayuda para acceder a esos contenidos. La idea fue aceptada por Igor, con la prudencia que le pedimos desde el principio, consciente del riesgo de fabricar falsos recuerdos.
El modelo de diátesis-stress
Butler et al. (1996) proponen un modelo de Diátesis-Stress que observa una relación entre la disociación patológica, la hipnotizabilidad y la experiencia traumática. Los autores encuentran esta evidencia en cuatro áreas distintas: percepción, conducta, voluntad y memoria.
La hipnotizabilidad elevada podría ser un ejemplo de diátesis para los estados patológicos disociativos, y especialmente en situaciones de estrés agudo.
La amnesia, por tanto, podría explicarse a partir de una predisposición biológica o genética en combinación con las experiencias vitales del sujeto.
Comorbilidad en la amnesia disociativa
En muchos casos, se verifica un síndrome por estrés postraumático. La amnesia sería, claramente, en este tipo de casos, un mecanismo de protección y/o adaptación ante la magnitud emocional asociada a los factores estresantes.
También puede ocurrir en pacientes diagnosticados de trastornos de personalidad. En otros casos, el consumo de droga o alcohol puede dar lugar a una sintomatología llamativa con deterioro del recuerdo.
En el presente caso, no tenemos indicadores de otras patologías en paralelo.
Tipos de Intervención
La amnesia disociativa ha sido objeto de diferentes modelos de intervención: Terapia Cognitivo-Conductual, EMDR, o Terapia Dialéctica-Conductual entre otras, aunque no existen evidencias sólidas de la eficacia.
Respecto a los tratamientos farmacológicos, no existen remedios que sean significativamente eficaces. A veces se han empleado antidepresivos o ansiolíticos, pero parece que son solamente útiles en cuanto a regular el estado general del paciente y no tanto la amnesia en sí.
¿Cuál puede ser el papel de la hipnosis?
Trataremos de exponer algunos principios sobre los que basarnos para considerar a la hipnosis como una estrategia terapéutica útil en este tipo de casos, teniendo en cuenta que la hipnosis puede emplearse desde diferentes orientaciones terapéuticas: cognitivo-conductual, ericksoniana o hipnoanalítica, principalmente.
El papel de la sugestionabilidad
En general, se admite que la sugestionabilidad parece favorecer los procesos disociativos y por tanto los trastornos que presentan características disociativas que surgen de manera espontánea. El metanálisis de Wieder, Brown, Thompson y Terhune (2022) sugiere que una alta sugestionabilidad hipnótica se relaciona con los trastornos disociativos, y otros problemas como el trastorno neurológico funcional y los trastornos asociados con traumas y estresores.
En la práctica clínica, lo anterior tiene todo su sentido.
Kluft (1992) recomienda el uso de la hipnosis en el tratamiento de los trastornos disociativos, y resalta que es inevitable que la hipnosis juegue un papel importante en este aspecto, aunque suelen surgir controversias. Sabemos que en hipnosis encontramos una amnesia intrahipnótica y poshipnótica, que puede ser espontánea, o puede ser sugerida.
Edgette y Edgette (1995) señalan cómo la hipnosis puede hacer que la amnesia sea la intervención principal dentro de un tratamiento o como una intervención suplementaria. En el primer caso, por ejemplo, puede inducirse amnesia de un dolor físico crónico o disminuir pensamientos rumiativos.
En el segundo caso, estos autores consideran que la amnesia es fundamental en el trabajo de Erickson, de modo que la mente consciente no puede interferir en el trabajo del inconsciente. De este modo, los pacientes pueden experimentar una sensación de espontaneidad en los cambios terapéuticos, aunque hayan sido inducidos por el clínico.
Algunos casos de amnesia disociativa tratados con hipnosis y similares al presentado aquí
Degun-Mather (2002) describe el caso de una mujer de 51 años que presentaba amnesia disociativa de un periodo de 12 años de su vida, entre los 37 y 49 años. Ocurre a partir de un accidente de coche, a los 49 años, sin traumatismos orgánicos importantes, ni trastorno por estrés postraumático.
Iglesias e Iglesias (2009) informan de un caso de amnesia disociativa similar, incluyendo la pérdida de su lenguaje nativo después de una colisión automovilística menor. Utilizan con éxito un enfoque indirecto, empleando técnicas de fortalecimiento del ego.
Staniloiu y Markowitsch (2014) sostienen que la amnesia disociativa es uno de los trastornos psiquiátricos más enigmáticos y controvertidos, y que las personas afectadas por este problema presentan un riesgo de suicidio mayor.
El caso de Igor
Igor (nombre ficticio), había pasado por una experiencia aparentemente poco relevante que había cambiado el curso de su vida…
*Éste es un avance del capítulo correspondiente de nuestro próximo libro “Hipnosis. Casos Clínicos”.
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