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En un artículo publicado en 2004, Stuart Derbyshire y colaboradores mostraron por primera vez, mediante resonancia magnética funcional, evidencias directas de la activación de regiones específicas de la corteza cerebral en la generación de una sensación de dolor, en ausencia de un estímulo que lo provoque. Tras la inducción de un trance hipnótico, la sugestión de que el sujeto está siendo sometido a un estímulo doloroso activa zonas de la corteza cerebral similares a las que se activan cuando un estímulo doloroso se presenta realmente; entre otras, la corteza cingulada anterior. En cambio, cuando se le pide al sujeto que “imagine” que está siendo sometido al estímulo doloroso, la activación de la corteza cerebral es mínima. La similitud entre las áreas de la corteza cerebral activadas mediante el dolor físicamente inducido y el dolor hipnóticamente inducido, que no se observa en el dolor imaginado, sugiere la posibilidad de que mecanismos similares de procesamiento del dolor en ausencia de un estímulo podrían estar implicados en la generación de algunas enfermedades caracterizadas por la presencia de dolor crónico.

Derbyshire SWG et al. (2004) Cerebral activation during hypnotically induced and imagined pain. Neuroimage 23: 392-401.

 

Jorge Cuadros (2009) Reseñas. Hipnológica 2, 18-19 (www.hipnologica.org)