Hay lugares cuyos nombres son como jalones de la historia, señales de una época, emblemas de una generación o eslóganes que reflejan una corriente de ideas. Palo Alto indudablemente, forma parte de ellos.
Cuando las condiciones son favorables, hay momentos que lo tienes claro: es ahora o nunca.
Como a muchos, la pasión y la curiosidad me mueven. Cuando decidí escribir a Karin Schlanger para ir a aprender el modelo de Terapia Breve (TB) en el Mental Research Institute (MRI), de Palo Alto, no tenía una guía sobre los pasos a seguir, no conocía a nadie que me pudiera compartir su experiencia. No sabía lo que me esperaba. Había ahorrado dinero durante un año, cerrado mi consulta en Barcelona y tenía plaza para un entrenamiento en el MRI, aquellas formaciones que Virginia Satir dirigía en los inicios del Brief Therapy Center (BTC). Así es, entré con mariposas en el estómago, era como cumplir un sueño.
Después de los primeros meses, supe que, si quería seguir formándome con Karin y el equipo para estar detrás del espejo aprendiendo in situ con casos, debía pagar ¡200 dólares por día! Hubo muchos días en los que, con la devoción de Karin por mantener vivo el BTC y al ver mi motivación, me dejaban pasar a escondidas, hasta que me tocó tomar una decisión. Me ofrecían un lugar en el equipo del Centro de TB Latino. A cambio, yo podía aportar mis escasos conocimientos en redes sociales para seguir dando a conocer nuestro trabajo y también ayudar como asistente con los residentes y otros estudiantes que llegaban del extranjero a conocer nuestro trabajo. Para ello, me tocó conseguir una visa y comenzar a convalidar mis estudios en EE.UU. para poder ejercer como psicoterapeuta. Tenía un lugar en la catedral de la Terapia Familiar Sistémica. Cuando lo explicaba a los autóctonos, a los propios estudiantes de psicología de Stanford, no sabían de qué lugar hablaba, y en una realidad paralela, llegaban autobuses de asiáticos para hacernos una visita y tomar una foto. Quizás por eso me quedó la idea de seguir hablando de los maestros. Ahora que el MRI ha cerrado definitivamente sus puertas, antes de que caiga en el olvido, siento que los jóvenes deben conocer lo que fue ese pequeño edificio en el 555 de Middlefield Road.
Cuando llegué al MRI en 2012 para comenzar mi andadura en el modelo de Terapia Breve, no recibí formación directa en hipnosis. En 2014, Jeff Zeig visitó el MRI para darnos una formación a los residentes, una iniciación o taller introductorio en el uso de la hipnosis. En ese entonces, honestamente, no sabía cómo encajar la hipnosis como técnica para amplificar la experiencia terapéutica en sí; mucho menos, utilizar el trance para ello. Sin embargo, me dediqué a aprender el uso de las intervenciones estratégicas ligadas a Milton Erickson ¡un total del 80% de lo que fue su trabajo! Por nombrar las que más usamos en nuestros tratamientos son:
- La directiva “ve más despacio”
- Prescribir el síntoma con aquellos pacientes atascados en la paradoja de “sé espontáneo” (Watzlawick, Weakland y Fisch, 1982);
- Prescribir la recaída
- Pregunta milagro
- Ilusión de alternativas
- Terapia de ordalías
- “La cura garantizada”
- Metáforas
- Prescripciones paradójicas
- Pesimismo terapéutico, etc.
Una vez que formé parte del equipo del BTC, mi estilo fue quedando más definido. Recuerdo que mis colegas comentaban cómo el uso de mi lenguaje y comunicación no verbal les recordaba a la forma en que un ericksoniano acompasa a sus pacientes. De manera inconsciente, una de las clases que más disfrutaba dar a los residentes que nos visitaban era sobre la influencia de Erickson en la TB. Me parecían tan importantes las enseñanzas que nos dejó que, de forma casi activista, las proclamaba con pasión. Así fue como, poco a poco, me fui involucrando más y más en la hipnosis ericksoniana. El aprender a observar, adaptarnos a nuestro paciente, escuchar, ir paso a paso y muchas otras habilidades claves para poder ejercer bien nuestra profesión.
Erickson no solo es considerado el pionero de la hipnosis moderna, sino también el padre de la terapia familiar estratégica y la terapia breve de resolución de problemas junto con Don Jackson y Gregory Bateson. En 1958, un año antes de que el MRI abriera sus puertas, Weakland y Haley publicaban un artículo sobre hipnosis y trance –An interactional explanation of hypnosis– que dio lugar a la idea de cómo la teoría de la comunicación y los procedimientos hipnóticos se entrelazan. Aquí comienza a nacer el diálogo sobre el proceso del cambio y cómo provocarlo. De este modo, la hipnosis ericksoniana debe comprenderse como un proceso interpersonal, enmarcado en una época fértil para el desarrollo de las bases de la cibernética, la epistemología constructivista y la teoría de los sistemas.
Siguiendo la línea temporal, en 1966, R. Fisch les propone a P. Watzlawick y J. Weakland trabajar juntos en un equipo experimental donde el énfasis será la brevedad y la resolución del problema, en contraste con el contexto predominante de terapias psicoanalíticas de larga duración. Así se abren oficialmente las puertas del Centro de Terapia Breve – Brief Therapy Center. Este equipo estaba formado por Fisch, Weakland, Watzlawick, Arthur Bodin y, por solo un año, Jay Haley. Los terapeutas rotaban para ver a los pacientes mientras los otros observaban detrás del espejo unidireccional. Las sesiones se grababan y el terapeuta podía salir para consultar con los observadores. Se reunían una tarde por semana para ver casos y otra para discutirlos y preparar las intervenciones. Todo esto se hacía sin honorarios, solo por el placer de inventar una nueva mirada sobre la realidad. Don Jackson y Jay Haley también participaban, viendo un paciente por semana. Así comenzó y continuó con otros directores, terapeutas e investigadores hasta finales de 2019, cuando el MRI cerró sus puertas al venderse el edificio, convirtiéndose en una fundación online que ofrece becas de investigación relacionadas con los objetivos de su misión original. Por otro lado, el Brief Therapy Center continúa sus entrenamientos por todo el mundo, y actualmente tiene su sede física en Ciudad de México.
Hasta ahora, he comentado de forma resumida acerca del marco contextual, pero ¿cuál es la huella que deja Erickson en la terapia breve de resolución de problemas? Veamos los puntos más destacables:
- Como terapeutas, somos estratégicos; planeamos nuestras intervenciones anticipadamente, igual que en un juego de ajedrez. La terapia estratégica suele tener elementos de escenificación, como en una obra de teatro, en la que las piezas se desarrollan a lo largo de varios actos. Como explica Jeff Zeig en sus formaciones, “presenta la idea en actos específicos o compases musicales: ‘dididi dididi dam’”, con un ritmo y un tempo que marca el paciente/cliente, y nosotros simplemente acompañamos.
Me derivaron una paciente aquejada de muchas compulsiones y pensamientos rumiantes. En las primeras sesiones, me preguntaba insistentemente cuáles iban a ser los pasos para seguir; había oído hablar de esta terapia y no entendía por qué aún no le había resuelto el problema en una primera sesión. A pesar de explicarle una vez más cómo trabajaba desde este modelo; decirle que no íbamos a hacer nada que ella no quisiera y validar su inquietud; lo que ella pretendía era tomar las riendas de la terapia, de modo que yo, como terapeuta directiva, perdiera maniobrabilidad y, por ende, no pudiera ayudarla adecuadamente. Ahí fue donde me tuve que enfocar en el inicio del tratamiento, como decían los genios: “en la terapia breve, la confusión es nuestro producto más importante”, y yo no estaba dispuesta a desvelar mi estrategia ni mis movimientos tan pronto, en aras de resolver el problema que la aquejaba.
Si se fijan, el logo del Brief Therapy Center es la figura del caballo de ajedrez.
- Como terapeutas, resolvemos problemas sistémicos. El problema, como bien expresó Don Jackson, no está exclusivamente en el individuo, sino que es el resultado de una interacción entre los miembros de un sistema. Por lo tanto, resolver los problemas requiere cambios en la interacción.
Cuando tengo delante a mi paciente, mi lema de fondo es “think global, act local”. Vemos a un individuo y a su sistema y contexto a la vez. Todo está hilado y unido. Siguiendo a Bateson, el contexto es lo que da sentido y significado a nuestros comportamientos, y nuestros comportamientos son comunicación. Todo esto está en consonancia con la afirmación de Erickson: “la solución está en el contexto”, como ejemplifica el caso de «Violet Lady«.
Recientemente, tuve una paciente de 17 años con problemas de ansiedad y bajo estado de ánimo debido a una relación amorosa “tóxica” con una compañera suya del colegio, y que además le coincide con una ruptura con el grupo de amigos de su pueblo. Trabajar con sus miedos y temores no estaba siendo suficiente para superar estas pérdidas. Trabajé con la madre, además, porque tenían muy buen vínculo. Según ella, desde que empezó esa relación hace dos años, su hija ya no era la niña decidida y feliz que recordaba, y no se daba cuenta de lo que valía. Por lo tanto, desde el sentido común la mamá trataba de ayudar y proteger a su hija con cuidados, atenciones, para que se diera cuenta de lo que era capaz y valía, sin embargo no eran suficientes para que su hija siguiera avanzando en su vida poniendo límites a personas que no la convenían. Desde fuera, se le estaba pidiendo al cliente que fuera independiente y madura para romper lazos afectivos que lo eran todo para ella. No obstante, el contexto y las expectativas para esta preuniversitaria era que solo tenía que estudiar y ser feliz como cuando aún era niña. Hablé con los padres para que la clienta se sacase el carné de conducir, saliera del pueblo a hacer otras actividades y empezara a trabajar con pequeñas responsabilidades. Ahí fue donde ella pudo darse cuenta de que realmente tenía poder y valor por sí misma y seguir dando pasos para dejar esa relación tóxica que por sí misma se dio cuenta de que tampoco le convenía dentro del colegio.
- La visión interaccional de los problemas implica un concepto de causalidad más cibernético que lineal. Por lo tanto, con este punto de vista, no es el origen de un problema, sino su persistencia lo que es central para la comprensión y el tratamiento. Como decía Watzlawick, “nosotros no trabajamos con problemas, sino con las soluciones intentadas”, que es lo que pretendemos desviar para lograr el cambio.
En los muchos años que trabajé con estudiantes en una de las poblaciones más desfavorecidas de California, principalmente inmigrantes, el multitrauma era la nota dominante. ¿Por dónde empezar y cuándo finalizar la terapia cuando hay tanto que trabajar? Empezábamos por donde el paciente/cliente nos abría la puerta con lo que consideraba su problema. Para promover el cambio se utilizaban los recursos que tenía el cliente. Ante tanto trauma que cargaba, nos centrábamos en el ahora. El pasado es algo que no podemos cambiar. Podemos explicarlo, y ¿para qué? Vivimos en el presente y en el mañana y el objetivo era el trauma, cómo se manifestaba en este momento; en qué le estaba dificultando en su vida actualmente: una mamá que ha sufrido abusos sexuales y ahora le da miedo dejar salir a su hija sobreprotegiéndola o un joven que tiene miedo a mantener relaciones íntimas por los abusos sexuales sufridos en su infancia. Interacciones, circularidad causal y no lineal nos hacen centrarnos en el problema presente. En el ahora está el problema actual con las soluciones intentadas fallidas.
- Cada caso es único, no hay recetas terapéuticas. Observamos la comunicación, sus redundancias, y lo que está describiendo la interacción. Creamos una intervención a medida del paciente, sin el uso de protocolos. Erickson decía que el modelo no es normativo ni patológico. No hay una única manera de actuar o funcionar como persona o familia. En su lugar, nuestra visión de los problemas y el tratamiento se basa esencialmente en la queja que trae el cliente. Queremos conocer la descripción del comportamiento observable que se caracteriza como indeseable y que persiste a pesar del esfuerzo por deshacerse de él, razón por la cual la persona afectada busca ayuda profesional.
- Posteriormente, se buscará cuál es la señal mínima de cambio que haga ver al paciente que las cosas comienzan a solucionarse, y el cambio se generalizará de forma progresiva. De la misma manera en la que Erickson reaprendió a caminar después de sufrir poliomielitis: un primer paso, un segundo, un tercero… un paso a la vez. Es una intervención estratégica, porque estás creando la realidad de que el problema es solucionable. Además, si somos breves es porque no corremos. Este cambio va aumentando gradualmente la experiencia del paciente y crea el efecto “bola de nieve”: cuando hay un cambio mínimo pero estratégico, alejado de sus soluciones intentadas, el cambio progresará y aumentará sus efectos.
- Como terapeutas, somos promotores del cambio. Aumentamos la motivación del cliente para cambiar, buscamos sus recursos y fortalezas para alejarlo de sus soluciones intentadas que refuerzan el problema.
Otro caso reciente ilustra la preocupación de una madre porque su hija, de 23 años, no es capaz de resolver problemas por sí misma: no puede llamar al médico, pedir información en el gimnasio, llevar el coche al mecánico, ir a comprar queso o decidir qué máster estudiar. Las soluciones intentadas por la madre consistían en perseguir a la hija para decirle todo lo que debía hacer. Cuanto más le decía lo que tenía que hacer, más la hija se alejaba porque más se agobiaba y se bloqueaba, por lo que menos hacía por salir de esa situación.
Como se muestra, los problemas consisten básicamente en círculos viciosos, que implican un bucle de retroalimentación positiva entre algún comportamiento etiquetado como «incorrecto» y los esfuerzos inadecuados o ineficaces por deshacerse de él. Nuestro objetivo es interrumpir este círculo vicioso del sentido común con técnicas estratégicas.
- Por lo tanto, y más importante, como terapeutas vamos a ofrecer una intervención estratégica que promueva el cambio en la dirección de romper ese círculo vicioso a través de estimular la colaboración con nuestro paciente. ¿Cómo? Utilizando el lenguaje del cliente y su conjunto de creencias personales. Utilizando todo lo que el cliente trae consigo.
Todas las actitudes, peculiaridades, creencias, habilidades y valores que el paciente aporta en la terapia pueden ser utilizados con fines terapéuticos. Erickson nos enseña a aprender a escuchar al paciente, no lo que nosotros queremos escuchar para que encaje en un diagnóstico o en nuestra realidad. Es difícil no interpretar. Estas habilidades se van a desarrollar con la práctica y supervisión.
El modelo de Terapia Breve bajo el legado de Milton Erickson ofrece creer en los recursos que trae la propia persona y sus fortalezas; responsabilidad por querer cambiar y ser respetuoso con lo que es y trae el cliente puesto que él es el experto en su vida.
Como bien sabéis, hay muchísima bibliografía sobre este tema. Estuve 12 años en California y ya de regreso en España continúo con mi práctica y formación a otros terapeutas en el modelo. Una de las muchas razones del cierre del MRI fue la idea de que “el pasado no vende, no interesa”. Las nuevas terapias van mejorando las teorías pasadas, pero sólo porque están enlazadas a un contexto actual que habla el lenguaje social del momento. Sin embargo, no por ello se hace desaparecer. Me encanta la música electrónica, pero no sabes cómo bailo Johann Sebastian Bach, y es magnífico ese puente entre el pasado, hoy y futuro.
Un saludo y si deseas conocer más, no dudes en ponerte en contacto personalmente conmigo.
Referencias bibliográficas
Jay Haley, M.A (1958). An interactional explanation of hypnosis – American Journal of clinical Hypnosis, vol. 2, No. 2, Oct.
Bateson, G., Jackson, D. D., Haley, J., & Weakland, J. (1956). Toward a theory of schizophrenia. Behavioral Science, 1, 251–264. https://doi.org/10.1002/bs.3830010402
Fisch, R., Weakland, J. H., & Segal, L. (1974). Brief therapy: Focused problem resolution. Family Process, 13(2), 141–168. https://doi.org/10.1111/j.1545-5300.1974.00141.x
Fisch, R., Weakland, J. H., & Segal, L. (1982). The Tactics of Change: Doing Therapy Briefly. San Francisco: Jossey-Bass Publishers. The Interactional View: Studies at the Mental Research Institute, Palo Alto, 1965–1974, edited with Paul Watzlawick (WW Norton, NY, 1979).
Haley, J. (1958). An interactional explanation of hypnosis. American Journal of Clinical Hypnosis, 2(2), 81-92.
Haley, J. (1963). Strategies of psychotherapy. New York: Grune & Stratton.
Schlanger, K., Cinella, M., Díaz, G., & González, P. (2014). Hoy en Palo Alto: Un trabajo en escuelas californianas con población inmigrante. En A. Medina, E. Laso, & E. Hernández (Eds.), Pensamiento sistémico: Nuevas perspectivas y contextos de intervención (pp. 103-118). Ediciones Morata.
Trenkle, B. (2006). Three Candles: Indirect Hypnotic Stories for Therapists and Coaches. Phoenix: Zeig, Tucker & Theisen Publishers.
Wittezaele, D., & García, T. (Eds.). (2005). La Escuela de Palo Alto: Nuevas perspectivas y contextos de intervención. Barcelona: Editorial Herder.
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