Jorge Delpino: Presidente de la Asociación Uruguaya de Hipnólogos Clínicos (AUDHIC).
El objetivo de este artículo es compartir con el lector mi experiencia en el campo de la Hipnosis clínica, en el conocimiento de que, tal vez, muchos ya habrán transitado por un camino similar o ya han dado pasos de superación profesional. Así que lo dedico a todos aquellos estudiantes que aún no han comenzado a ejercer profesionalmente la Hipnoterapia o aquellos profesionales que se encuentren dando los primeros pasos en esta hermosa profesión y finalmente para los que buscan miradas diferentes.
Parte de mi historia comienza en el año 2001, cuando decidí estudiar Psicología. Vivo en Uruguay, un país pequeño ubicado entre Argentina y Brasil, somos apenas 3.500.000 habitantes y tenemos también una pequeña comunidad de Hipnólogos que se encuentran adheridos a la Asociación Uruguaya de Hipnólogos Clínicos (AUDHIC), de la cual soy presidente, integrada por profesionales de diferentes áreas de la salud. Años antes mientras estudiaba Medicina, estuve trabajando en el Servicio Médico de UTE (compañía estatal de energía eléctrica), cargo al que me obligaron a renunciar por mi ideología política, opuesta a la dictadura en Uruguay.
Durante dos años fui a la Facultad de Psicología (UDELAR) y me encontré lamentablemente con una enseñanza arcaica y hoy prácticamente en desuso en todo el mundo. Para simplificar, nos presentaban un programa del siglo XIX, con profesores del siglo XX y alumnos del siglo XXI. No me di por vencido y me sentí fascinado con lo que había comenzado a investigar sobre Hipnosis clásica, así que encontré en España el lugar adecuado para proseguir mis estudios. Al finalizar los mismos y comenzar a trabajar en mi país, como Hipnólogo clásico, me sentí decepcionado, ya que no terminaba de tener el resultado esperado, considerando que debería de funcionar como una terapia breve. Buscando nuevas estrategias y confiando aún en la Hipnosis como herramienta, comencé a investigar el origen del problema, qué era lo que me faltaba o no me habían enseñado.
En el 2009, recordé una clase de la Facultad de Psicología, donde se mencionó que se estaba intentando cambiar el paradigma científico (modelo mecanicista, reduccionista y absolutista), el cual era aplicado en la medicina del momento. El cambio se dirigía hacia una nueva ciencia basada en el paradigma de la complejidad, una ciencia sin cimientos, de resultados aproximativos.
Esta nueva ciencia trata de comprender los sistemas más complejos como la integración de cada una de las partes que lo forman, como un conjunto interconectado, basándose en primera instancia en la Teoría de sistemas, la Informática y la Cibernética. Dentro de la Biología, observando la homeostasis, que es la capacidad de las células de encontrar el equilibrio a través del desequilibrio mismo, podemos encontrar un ejemplo más de este nuevo paradigma.
El Paradigma de la Complejidad tiene sus orígenes en Palo Alto (California), donde el Dr. Don Jackson (Psiquiatra) funda en 1959 el M.R.I. (Mental Research Institute). Desde sus inicios estuvieron presentes Jules Riskin (Psiquiatra), Virginia Satir (Asistente Social), más tarde en 1962, se integra Paul Watzlawick (Psicólogo y Biólogo). A la llamada Escuela de Palo Alto se fueron sumando figuras como Gregory Bateson (Antropólogo y Biólogo), John Weakland (Psiquiatra), Jay Haley (Psicoterapeuta) y Milton Erickson (Psiquiatra e Hipnólogo).
Fueron muchos los colaboradores del M.R.I. entre los años 60 y 70, para perfeccionar la Teoría de la psicoterapia familiar sistémica, que da origen a la mayoría de los modelos evolutivos de la misma, y aunque el M.R.I. cerró sus puertas en el 2019, hoy la metodología siguiendo el método tradicional continúa viva en el Brief Therapy Center (BTC) y bajo la dirección de Karin Schlanger, ex profesora del M.R.I.
En el Summit 2025 sobre Hipnosis, en Uruguay, tuve el honor de conocer a la Psicóloga Gloria Diaz, integrante del Brief Therapy Center de Barcelona, formada en el M.R.I. de Palo Alto.
Para bajar a tierra lo anterior y facilitar el entendimiento de una forma más simple, me permito dar el siguiente ejemplo que lo esclarece: tomemos el agua, que como todos sabemos es un líquido y por tanto responde a dicho estado de la materia. No nos detendremos aquí a especificar cada una de sus propiedades, solamente las que nos interesan para el ejemplo, ya que consideramos únicamente al agua en estado líquido, aunque se la puede encontrar en los tres estados de la materia, sólido (hielo) y gaseoso (vapor de agua). Cuando observamos sus componentes vemos que está formada por un átomo de hidrógeno y dos de oxígeno (H2O), pero el conjunto de las propiedades de las partes (dos gases) es diferente a las propiedades del todo (agua).
El Paradigma de la Complejidad nos permite entender que en un mismo espacio y a un mismo tiempo, el todo presenta dos lógicas antagónicas que a la vez se complementan. Eso me hizo comprender la importancia en los tratamientos Hipnoterapéuticos, del entendimiento del funcionamiento de los hemisferios cerebrales, considerando dicho antagonismo, para ser aplicado en los diferentes tipos de tratamientos.
Edgar Morin creó a partir del “Paradigma de la complejidad”, el “pensamiento complejo”, publicado en su libro “Por un pensamiento complejo» en 1982.
La teoría de la complejidad es una visión sumamente crítica del conocimiento científico. Nos permite ver que el modelo mecanicista genera leyes simples detrás de la complejidad de los fenómenos sociales y psicológicos, de hecho, genera un pensar simplificado y reducido de la realidad, que produce una manera acotada de pensar.
La Siconeuroinmunoendocrinología, se considera que tiene sus inicios durante la década de los años 70, ya que en ese año es introducido su nombre por Robert Ader, quien junto a Nicholas Cohen realizaron los primeros estudios donde se pudo relacionar la interacción e influencia del sistema nervioso central sobre el sistema inmunológico.
Recién en el año 2008, al asistir a un Seminario dictado por la Prof. Dra. Gabriela Bouza sobre “La Medicina de Integración en su Visión Médica”, entré en contacto por primera vez con la Siconeuroinmunoendocrinología (vaya nombre) y las cosas poco a poco se fueron haciendo más claras para mí. Comencé a entender que se nos estaba guiando por una enseñanza errónea al tratar la salud, y la salud mental en particular. Es decir, creo que la mayoría de los profesionales, en la actualidad tienen claro dicho conocimiento, pero en general la atención holística del ser no es llevada a la práctica profesional, en todas las dimensiones posibles.
Sentí, entre otras cosas, que muchos tratamientos médicos, psicológicos e hipnológicos resultaban reduccionistas en cuanto al entendimiento profundo del ser humano. Me llevó un tiempo comprender que somos un cuerpo integrado por diferentes tipos de inteligencias fuera de nuestro cerebro, la existencia de una mente que no es lo mismo que el cerebro, somos un corazón (la otra mente fuera de nuestro cerebro), que no es una simple bomba mecánica; somos un sistema digestivo (otra mente fuera de la mente), habitado por aproximadamente 2,5 kg de virus, bacterias, hongos y parásitos que se les conoce como comensales y son aquellos que generalmente no afectan nuestro cuerpo, los mutuales de los cuales nos beneficiamos en forma mutua y finalmente los patógenos que cuando aumentan en cantidades desproporcionadas nos enferman.
Aprendí que tenemos más células no humanas, que las propias, habitando nuestro cuerpo y que la biodiversidad condiciona nuestra salud. Existe a la vez y demostrado por diferentes estudios científicos, el conocimiento de la relación que vincula el desarrollo y la función del cerebro, con la influencia protagónica que ejerce el desequilibrio en la biodiversidad de la microbiota intestinal, la cual es capaz de provocar diferentes afecciones neuropsiquiátricas, entre ellas, distrés, depresión, trastornos por déficit de atención, hiperactividad, enfermedad de Alzheimer, esquizofrenia, trastornos del espectro autista, entre otras. De allí la importancia de la biodiversidad. Somos millones de células que conforman órganos y sistemas que constantemente comparten información, según parece ser, mediante un complejo código lumínico y otros mediante mensajes electroquímicos; somos circuitos neuronales que están presentes en muchas partes del cuerpo, más allá del sistema nervioso central, somos un sistema simpático y parasimpático, somos intelecto y emociones, que se generan a través de la producción de cadenas de péptidos, aminoácidos neurotransmisores y hormonas que actúan sobre el sistema límbico y otras áreas cerebrales, finalmente somos materia y energía.
Esto es muy importante y si bien podemos estar informados, es posible que no lo tengamos en cuenta al tiempo de nuestra intervención y es necesario recordar que todos los conflictos psíquicos son multicausales. Como mencionamos anteriormente, una deficiencia en el microbiota intestinal puede ser causa de estrés, ansiedad o incluso depresión, entre otras.
Es probable que en dichos casos la Hipnoterapia o Psicoterapia por sí mismas, tengan resultados de éxito parcial. Por este motivo, es importante en nuestra formación tener conocimientos básicos sobre los aspectos biológicos que pudieran estar interfiriendo con nuestro tratamiento y sugerir a nuestro consultante, por ejemplo, la posibilidad de que sea estudiada su flora intestinal. Esto garantizará una mejora sustancial en nuestro resultado al momento de valorar la remisión del problema y las posibles estrategias aplicadas en nuestras sesiones. Y seguramente nuestro consultante será el más beneficiado.
Como vemos, somos materia y energía, siendo nuestro cuerpo un sistema de energía renovable, formada por átomos, los mismos átomos que son parte estructural del universo.
Ahora les pido se permitan pensar en forma expansiva para definir la Cosmología como la Ciencia, que, a través de la Astrofísica, tiene como objeto el estudio del conjunto del Universo. Entendemos el Universo como el conjunto de todos los fenómenos que sean susceptibles de ser observados y darnos algún tipo de información posible de estudiar, medir o cuantificar desde la ciencia.
Así cuando miramos el Universo desde el modelo normalizado de partículas elementales hemos encontrado y dado sentido a su característica dual.
Los estudios comenzaron alrededor del año 1960, donde el físico Peter Higgs descubrió una nueva partícula que permitió dar forma al Modelo Estándar y se ha extendido hasta 1980, gracias a la colaboración de varios físicos entre ellos Sheldon Lee Glashow, Abdus Salam y Steven Weinberg, donde finalmente quedó estructurado dicho modelo sin que exista hasta el momento alguna controversia.
Ya se ha mencionado en muchas oportunidades que el ser humano es una pequeña representación del cosmos y se le ha denominado microcosmos y como tal también es una representación de la dualidad del Universo, donde cada partícula tiene su antipartícula. Así que cuando observamos la materia, nos damos cuenta de la existencia de la antimateria, al observar el fotón, nos encontramos con el antifotón, al mismo tiempo y centrándonos en ejemplos más cercanos a nosotros, podemos ver la baja mar y la pleamar, el día y la noche, el verano y el invierno, el hombre y la mujer, etc.
Pero ¿qué pasa con nuestras emociones, con nuestros sentimientos? La vida se asemeja a una gran montaña rusa donde por momentos ascendemos para luego vertiginosamente descender, pasando por diferentes etapas, de la alegría a la tristeza, de la paz a la ira, del amor al odio, de la calma al miedo, de la seguridad a la inseguridad, de la confianza a la desconfianza, del placer al asco, etc.
Como vemos, de alguna manera en el universo, cuando se genera una cosa se genera lo contrario al mismo tiempo. Como seres humanos deberíamos entender que morimos porque anteriormente nacimos.
Para continuar en dicho conocimiento, vemos que en los mamíferos masculinos encontramos una hormona sexual, la testosterona, aunque también encontramos pequeñas cantidades de estrógenos, es decir hormonas sexuales femeninas. Al estudiar los mamíferos femeninos encontramos la hormona sexual característica, el estrógeno y la progesterona, pero también pequeñas cantidades de testosterona.
Cuando nos enfocamos en el cerebro humano, percibimos que está dividido en dos mitades, denominados hemisferios cerebrales, estos resultan antagónicos desde el punto de vista fisiológico, ya que ambos lados son parecidos anatómicamente al estar formados por neuronas y glías, aunque existe una gran diferencia (antagonismo) en la forma en que es procesada la información. A pesar de ello las dos partes del cerebro no funcionan de forma independiente ya que comparten la información a través de una estructura biológica llamada cuerpo calloso, la cual es atravesada por millones de fibras de comunicación entre ambos lados. Como vemos la dualidad del Universo nos habita.
A continuación, vamos a recordar en un breve esquema las características más importantes a destacar de los hemisferios cerebrales, donde nuevamente observamos nuestra estructura dual:
Carl Jung en 1914 desarrolla su Teoría analítica en la cual nos decía que nunca tenemos un perfecto equilibrio entre ambos hemisferios, nunca somos 50% izquierdos y 50% derechos.
De acuerdo con la teoría de predominancia hemisférica (Roger Sperry,1960 – Premio Nobel por su descubrimiento en 1981), al nacer, ambos hemisferios se disputan la supremacía, dotando a las personas con diferentes habilidades y características, de acuerdo con el hemisferio predominante, a través del cual procesamos toda la realidad y la información, lo cual no implica que no se utilice el otro, ya que justamente a través del cuerpo calloso se realiza la complementación, mediante la comunicación interhemisférica.
En términos físicos, somos al igual que nuestro cerebro una pareja física, ya que se presentan dos fuerzas que interactúan con la misma dirección, pero en sentido contrario, otro ejemplo de dualidad.
A los efectos de facilitar el entendimiento de esta comunicación, vamos a dar un ejemplo:
Cuando nosotros nos expresamos, utilizamos diferentes formas de comunicación, verbal, no verbal y corporal.
La comunicación verbal procedente del hemisferio izquierdo (área de Broca), es capaz de transmitir tan solo el 8% de las emociones, mientras que el 92% restante dependen del lenguaje no verbal, que aporta: timbre, tono, volumen e intención. Finalmente, la comunicación corporal que es la primera forma de expresión que adquiere el ser humano y con diferentes movimientos musculares, aporta veracidad al mensaje, así como con diferentes expresiones, que suelen permitir interpretar diferentes tipos de emociones y contribuyen al desarrollo de las capacidades interpersonales a través del conocimiento intrapersonal.
Paul Ekman comenzó a investigar las expresiones faciales entre los años 1966 y 1969, al mismo tiempo en 1966 Haggard e Isaacs descubrieron las micro expresiones y Ekman comienza también su estudio, siendo en 1969 que Ekman y Friesen las denominan por primera vez micro expresiones y montan un software de entrenamiento para poder estudiarlas en profundidad. En 1999 incluyó nuevas emociones en su lista de las seis emociones básicas, agregando un mayor número de emociones agradables y desagradables.
Por eso considero que es sumamente importante durante la entrevista observar más al paciente y tal vez hacer un breve resumen una vez terminada la consulta
Desde el estudio de las neurociencias he considerado sumamente importante integrar estos conocimientos a la práctica diaria de la Hipnosis, ya que nos permitirán realizar una labor realmente holística en la atención.
La neuroplasticidad cerebral es la capacidad del sistema nervioso, mediante el uso de nuestro pensamiento repetitivo, de producir un aumento o cambio fisiológico y/o estructural, relacionados con el aumento del número de neuronas asociadas a uno o más circuitos cerebrales, los cuales estarían dirigidos al desarrollo y al aprendizaje.
Al mismo tiempo, la utilización de la resonancia magnética funcional ha permitido a los neurocientíficos la creación de los llamados mapeos cerebrales y descubrir que la percepción y la imaginación utilizan circuitos cerebrales que se encuentran superpuestos en la corteza prefrontal, donde existen un grupo de neuronas especializadas en distinguir entre la realidad y la imaginación. Sin embargo, en momentos de crisis la imaginación se impone a la razón inscribiendo el cerebro.
Cuando estaba estudiando Medicina recordé que le dedicaron en Farmacología unos 15 o 20 minutos a la explicación del efecto placebo y me llamó la atención el elevado porcentaje de eficiencia del método, aproximadamente un 30 por ciento en promedio, lo cual me llevó a investigar diferentes literaturas al respecto y encontré los trabajos de Emile Coué y sus leyes que poco a poco comencé a implementar en mis consultas, adaptándolas a los diferentes Script:
“Ley de atención sostenida” de Coué, que afirmaba que la constante repetición de una afirmación o pensamiento se convertía en realidad, lo cual fue comprobada por los neurocientíficos actuales. (Neuroplasticidad cerebral).
La “Ley de esfuerzo reversible” (Emile Coué) nos manifestaba que, si pensamos que algo no vamos a poder hacer, cuantas más veces lo intentemos menos lo vamos a lograr. Pero nosotros también podríamos leer la ley desde el otro foco: si pensamos que algo voy a poder hacer, cuantas más veces lo intento más rápidamente lo voy a lograr.
Recordemos la dualidad, siempre existen al menos dos focos de una misma cosa, (siempre antagónicos), pero al mismo tiempo llenos de matices que se extienden entre sus extremos.
En su segundo principio Coué manifestaba que cuando existe un antagonismo entre la razón y la imaginación en un período x de tiempo, siempre se impone la imaginación. “Al contrario de lo que se piensa, no es la voluntad la primera facultad del hombre, sino la imaginación.” (Emile Coué).
Creo firmemente en la existencia de dos lenguajes diferentes que interactúan en forma distinta en cada uno de nuestros hemisferios: el lenguaje verbal que es interpretado mayoritariamente por el hemisferio izquierdo y el lenguaje imaginario que es propio del hemisferio derecho y que resultan complementarios.
Entendemos que la realidad en sí misma es una interpretación cerebral de todo aquello que está fuera de mí y en menor proporción lo que está dentro de mí, condicionada por las creencias preexistentes en mi mente. Cuando las creencias son erróneas y lo interpretado como valores, son en sí desvalores, podrían constituir parte de las causas de una disfunción o patología.
Es importante comprender el sentido psicológico de la creencia y su importancia clínica. Entendí que la Hipnosis no puede cambiar las creencias del consultante y rápidamente lo relacioné con la realidad. Cada uno de nosotros al observar su realidad, ve en su interpretación cerebral una manifestación de sus propias creencias y de allí la existencia de tantas realidades diferentes, como observadores existen frente a un mismo escenario.
Comencé a pensar en la posibilidad de la existencia de una especie de sistema inmunológico en el inconsciente, encargado de proteger las creencias del consultante (entendiendo como consultante de un servicio de salud al mal llamado paciente) como una forma de salvaguardar la identidad y los aprendizajes adquiridos. La identidad es un proceso dinámico que se encuentra en constante cambio a lo largo de nuestra vida, creando imágenes que vamos construyendo de nosotros mismos, en función de nuestras creencias, nuestra historia y de nuestras experiencias, las cuales condicionan también nuestras conductas.
Ahora, creo necesario recordar que el cerebro izquierdo es el encargado de programar al cerebro derecho. Una vez que el cerebro izquierdo ha repetido una cantidad suficiente de veces un aprendizaje, el cerebro derecho lo automatiza y a partir de ese momento realiza la tarea aprendida sin necesidad de pensar, solo actúa de acuerdo con su programación, y cuando dicha automatización se sostiene nuevamente en el tiempo, el aprendizaje se naturaliza. Allí es donde el sistema inmunológico de protección de la identidad se impone, protegiendo el conocimiento o creencia adquirida por el consultante, según corresponda.
Nuestra herramienta (la Hipnosis), es incapaz de modificar las creencias ya instaladas por años. En estos casos es necesario recurrir a los conocimientos del psicólogo clásico, para realizar en vigilia una reorganización cognitiva, donde se le plantea al consultante que piense e imagine (estimulación complementaria) cómo resultaría su vida si analizara su problemática desde esta nueva perspectiva de la realidad, o desde un nuevo foco de esta. Al mismo tiempo debemos recordar que para realizar cualquier cambio, es necesario además que el consultante pueda ver su realidad, aceptando que su creencia es errónea en el camino de su remisión y además aceptar intelectualmente esta nueva creencia nacida de dicha reorganización. Según entiendo es lo que Milton Erickson llamaba plantar la semilla.
Es importante aquí solicitar al consultante que, en el entendimiento de lo trabajado oportunamente, pueda apropiarse de estas ideas y así nos explique con sus propias palabras su nueva visión (escucha activa y efectiva). Una vez que el consultante ha hecho propia esta nueva creencia, que previamente ha razonado, lo invitamos a que comience a imaginar (psico imágenes positivas) en la siguiente semana, fundamentalmente a la noche. Que imagine en el momento en que va a dormir, cómo cree que sería su vida viviendo esta nueva realidad (por ahora virtual), centrándose fundamentalmente en la emoción que sentiría (mientras imagina) viviendo esta nueva realidad como parte de su nueva vida.
Lo instrumentamos de esta forma para aprovechar el proceso de ensueño donde se observa una mayor presencia de frecuencias alfa, de forma de ingresar al sueño natural con dichas imágenes, como estrategia para comenzar desde el consultante una restructuración de la programación existe.
Cuando continuamos avanzando en el entendimiento de cómo el cerebro guarda recuerdos que no desea olvidar, vemos que estos recuerdos están vinculados a una emoción o memoria sensorial. Por ejemplo, vamos caminando por la calle abstraídos en cualquier tipo de pensamiento y repentinamente sentimos un aroma particular que nos parece conocido y rápidamente la identificamos como el mismo aroma que olía cuando estaba cursando el primer año escolar, seguido por aquella emoción cargada de imágenes o pensamientos, que nos relatan dichos momentos.
Al cerebro no le interesa nuestra felicidad, solo le importa nuestra supervivencia, mientras que a nuestra mente sí le importa ser feliz. Si recordamos las características del hemisferio derecho comprenderemos que este es amoral, es decir que no tiene conocimiento de lo que está bien o mal, pero según manifestaba Sigmund Freud, nuestro inconsciente vive por y para la obtención del placer y que, de no existir este, buscaría el menor displacer posible, así plasmó dichos conocimientos en “Más allá del principio del placer”, donde se manifiesta nuevamente el antagonismo antes mencionado, ya que son dos fuerzas opuestas donde el placer se opone a las necesidades de la realidad, postergando de esa forma el placer para poder adaptarse a dicha realidad.
De esta forma en la siguiente sesión, recordando lo más detalladamente posible las palabras que usó nuestro consultante, Erickson nos decía la importancia de asemejar nuestro lenguaje al del paciente, para aumentar nuestra conexión (rapport). Para ello le solicitaremos al consultante que nos relate con toda precisión sus ejercicios de psico imágenes positivas y generación de emociones en las que trabajó durante la semana, y así poder construir el/los scripts terapéuticos que usaremos luego en las siguientes sesiones.
Cuando se trata de reprogramar al subconsciente utilizando fuerza bruta, es decir, ir en contra de lo ya programado sin intervención dinámica del consultante en los ejercicios previos, ya mencionados, surge una fuerza de rechazo que impide la nueva programación y que es considerada como un psico ataque, donde el cerebro trata de proteger su propia identidad. Cuando esto sucede, los consultantes han salido voluntariamente del trance, se han sentido mal o relatan que se han quedado dormidos. Este último estado, es diferente de las oscilaciones características durante el trance, de ese ir y venir de la conciencia.
La aplicación práctica de estos conocimientos y su integración en las sesiones han resultado fundamentales en mi búsqueda de mejorar la calidad y eficiencia de las consultas, posibilitando remisiones más rápidas y eficientes. El trabajo en conjunto con ambos hemisferios cerebrales, utilizando un lenguaje verbal y un lenguaje simbólico (metáforas) en forma simultánea o selectiva, de acuerdo con la intención y la utilización del pensamiento intelectual y la imaginación, hacen de la Hipnoterapia un método de trabajo dual, en resonancia con las leyes del Universo, que en su conjunto constituyen una mirada diferente sobre Cosmología e Hipnosis.